poema VIII
encontreme una moneda de 500
en tu trasero incrustada
¡Quién la puso ahí, maldita!
¿acaso no entiendes que soy
el arrendatario exclusivo de tu culo?
Bueno, me quedo con la moneda
pero ay de ti si encuentro
otra chaucha por pequeña que sea
no sé de qué soy capaz.
...¿y si empiezo a pagar dividendo?
con un demonio,
soy el dueño exclusivo de tu poto.
favor dejar en portería.
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